El presente y el futuro de los ERTE

A finales de enero, el Gobierno aprobaba la cuarta prórroga de los ERTE, esa figura laboral que tan popular se ha hecho en los últimos meses. Con el objetivo de hacer frente a las consecuencias económicas de las restricciones impuestas para frenar la pandemia de la COVID-19, se impulsó por parte del Ejecutivo esta nueva modalidad de ERE, que contempla la reincorporación del trabajador una vez que transcurra el plazo acordado. 

La nueva prórroga de los ERTE

Precisamente ese plazo de los ERTE es lo que se acaba de aprobar, con el beneplácito de sindicatos y patronal. Ahora, se sabe que esta figura laboral se extenderá hasta, como mínimo, el 31 de mayo. De esta forma, se cumplirá un año desde su entrada en vigor

En todo este tiempo, sus condiciones apenas han cambiado y su esencia sigue siendo la misma: proteger a los trabajadores de los sectores más afectados por las medidas ‘anticovid’. Estas son, básicamente, sus particularidades más importantes:

  • Sectores ultraprotegidos: son 42 los sectores que se quieren proteger mediante los ERTE con, entre otras medidas, la exoneración de los pagos a la Seguridad Social.
  • ERTE por impedimento y ERTE por limitación: es posible acogerse a los ERTE tanto si a la empresa en cuestión le han obligado a cerrar, como si simplemente sufre algún tipo de limitación de su actividad. El porcentaje de estas exoneraciones dependerá tanto del tamaño de la empresa como del momento en que se solicite el ERTE.

Las ayudas de Europa

El programa SURE de la Comisión Europea es el encargado de proveer a los Estados miembro, como España, del dinero suficiente para hacer frente a esta pandemia sin tener que recurrir al endeudamiento. En este sentido, el pasado día 2 de febrero se aprobó la tercera partida de estas ayudas europeas, consistente en 1030 millones de euros. Una cantidad que se suma a la ya recibida anteriormente: 6000 millones.

Puede parecer mucho dinero, pero solo en diciembre, por ejemplo, los ERTE le costaron al Estado la friolera de 768 millones de euros.

Los últimos datos sobre el desempleo en España

El 34 % del empleo destruido y un total de 700 000 empleados actualmente en ERTE. Estas son las consecuencias económicas más dramáticas de una pandemia que ya se está alargando demasiado. En enero, sin ir más lejos, 35.625 personas más se sumaron a este ‘despido temporal’.

Si nos centramos en el desempleo, a pesar de que enero nunca es un buen mes para los datos, sorprende que se hayan perdido hasta 218.953 empleos y se hayan registrado 76.216 parados nuevos. Aun así, hay que señalar que esta última cifra, la de nuevos parados, ha crecido un 15,5 % menos que en enero de 2020, cuando todavía no había estallado la pandemia.

¿Es posible despedir tras un ERTE?

Esta es una de las preguntas que más se hacen empresas y trabajadores. Porque, como muchas otras cuestiones durante esta pandemia, quizá no está aún del todo clara. 

Al respecto, tenemos que decir que sí, es posible despedir tras un ERTE. Es cierto que, en buena medida, se ‘protege’ a los trabajadores durante los 6 meses siguientes a su tramitación. Pero, aun así, el empleador podría acogerse, por ejemplo, al despido disciplinario, si logra acreditarlo. O bien, simplemente, pagar una indemnización mayor al trabajador.

Unas previsiones nada alentadoras

¿Qué ocurrirá a partir del 31 de mayo? Lamentablemente, las previsiones de los expertos no son nada halagüeñas. 

Por ejemplo, se espera que la mitad de las empresas que han recurrido al ERTE tengan que hacer fuertes ajustes sobre su plantilla. Incluso se estima que hasta el 25 % de estos negocios terminará cerrando para siempre.

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